Una receta pacifista para una crisis sanitaria
Nos enfrentamos a una de las más graves amenazas globales para la seguridad humana de la actualidad. En solo unas semanas la pandemia de Covid-19 ha alterado de tal forma nuestra forma de vida, que estamos en shock. Esta situación, que nadie veía venir y la que años de recortes en Sanidad nos ha hecho especialmente frágiles, no tiene una solución militarizada. Y es que, aunque se empeñen en contárnoslo así, ni estamos en guerra, ni somos soldados.
En realidad, nos encontramos ante una crisis originada por un virus y agravada por un sistema sanitario empobrecido. Lejos de ser un contexto bélico esta es una crisis sanitaria que pone en evidencia que nos encontramos ante una crisis mucho mayor, una crisis del propio modelo que se derrumba. La ciudadanía está lejos de ser un ejército. Somos personas que tratamos de colaborar para fortalecer el bien común, que entendemos que ahora toca cuidar a los más vulnerables, ser solidarias y, además, agradecidas con quienes más lo están siendo estos días. Somos personas que nos preguntamos, cada día con más incertidumbre, cuál será la mejor fórmula para salir dignamente, como sociedad, de esta situación.
Por eso, el lenguaje de guerra no construye. Al contrario, asusta y paraliza y aleja a la sociedad civil de buscar una solución conjunta, porque, nos hacen creer que solo los conocedores del arte de la guerra saben cómo sacarnos de esta. Este ambiente, además, exacerba la desconfianza, la confrontación y abre las puertas a la violencia que llega a legitimarse por el estado de excepcionalidad.
En EcoHeroes, que somos una organización pacifista, creemos que la seguridad de las personas está amenazada, sí, pero que esta crisis es sistémica y que ni el arte de la guerra, ni su lenguaje belicista, nos van a salvar.
Pretender enmarcar esta crisis sanitaria en un contexto de guerra no nos va a acercar a la solución porque su intención pasa por ocultar lo que verdaderamente es. Un modelo que hace aguas, que no nos inmuniza ante las amenazas más inminentes para la seguridad humana, que hoy es una pandemia, pero que el cambio climático ya está aquí y sus consecuencias ya están siendo y serán aún más devastadoras si seguimos contando batallas.
La receta pacifista para esta crisis solo puede pasar, más pronto que tarde, por reforzar el estado del bienestar, transformar la economía en una que sea respetuosa con el planeta y asegurar una sociedad más justa y que vea garantizados sus derechos. En definitiva, tenemos que ser más resilientes ante las futuras amenazas.
Si nos empeñamos en llamar a las cosas con otro nombre y no queremos afrontar el verdadero problema iremos saltando de una guerra a otra dejando cada vez más víctimas en el camino.
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